(Trabajo de investigación que realicé en 2008 para la materia “Economía contemporanea del Asia oriental” del Master Estudios del Asia Oriental en la Universidad Oberta de Catalunya)
El papel de los tipos de cambio.
La deslocalización de las empresas japonesas, implica que los productos que antes se exportaban desde Japón en la actualidad se importan desde algún país asiático. Todo ello lleva a la caída del superávit comercial. Si el yen[1] sobrepasara la barrera de 150 yenes por dólar, la mayoría de las empresas soportarían fuertes pérdidas por el aumento de los costes de los componentes importados. Mitsubishi Securities[2] ha comprobado que la balanza comercial de Japón tarda entre uno y dos años en verse afectada tras una variación en el tipo de cambio yen/dólar. A corto plazo tiene un efecto negativo sobre la inversión extranjera en Japón, especialmente la inversión en cartera lo que provocaría una caída de precios en bono y acciones. La depreciación triple en divisas, bonos y acciones, en un contexto recesivo y con un sistema financiero debilitado, crearía un agravamiento muy serio de la crisis económica. Por lo tanto el gobierno actuaría para controlar una depreciación entre 140 y 150 yenes el dólar. Un dólar que equivalía a 362 yenes estuvo vigente desde 1949 hasta 1971. A partir de entonces el yen/dólar ha reducido su diferencia, llegando en la actualidad a un cambio oficial en las pizarras de unos 110 yenes por dólar.[3] En agosto de 1998 el yen empezó a revaluarse. De una cotización promedio de 144,74 en dicho mes cayo sostenidamente hasta cerrar en diciembre a 117,49. En enero de 1999 se ubico por debajo de los 110 yenes. Con medidas de reducción de intereses y de expansión monetaria el gobierno lo llevo a 120 yenes por dólar, valor que la Agencia de Planificación considera adecuada[4].
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